Mientras queden paisanos como estos que trabajan en las estancias de la zona y que no siempre visten de bombacha, botas, alpargatas, cinto ancho, sombrero, pañuelo al cuello, bombacha y cuchillo a la cintura; igualmente -ellos- mantienen la esencia y las costumbres de pertenecer a ese lugar.
Un fin de semana, una fiesta escolar, un acontecimiento especial -como fue la bendición de la ermita con el Santo Patrono del paraje; San Expedito- son motivos de reunión junto al mostrador (de cemento y cerámica) del único bar y almacén que quedó en Carpinchorí.


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